En los ámbitos académico, científico y social, las actividades destacadas son aquéllas que impactan positivamente a la educación y a la ciudadanía, mejorando los procesos de enseñanza-aprendizaje o bien contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas, sobre todo de quienes se encuentran en condiciones de desventaja o vulnerabilidad. Cuando se trata de labores docentes la formación exitosa de las nuevas generaciones es fundamental, aportando teorías contemporáneas, incluyendo las propias, para explicar realidades complejas, así como acercando el conocimiento a quienes toman decisiones relevantes para el país, incluyendo políticos, legisladores y autoridades de los tres niveles de gobierno. El objetivo es que los saberes no se queden en las aulas, sino que formen parte de la vida cotidiana de la mayor cantidad de personas.

El reconocimiento público a una obra publicada o a la disertación magistral de una conferencia siempre es gratificante, pero lo que se busca, al menos así lo es en mi caso, es trascender, cambiando positivamente las vidas de los lectores y de los oyentes, facilitando espacios para el diálogo fecundo, la crítica constructiva y el trabajo en equipo. El hogar, la escuela, la oficina y, en general, cualquier lugar, debemos convertirlos en espacios libres de violencia y de discriminación, permitiendo de este modo el libre desarrollo de la personalidad de todas y de todos, buscando a su vez dignificar nuestras experiencias en cada etapa de nuestras vidas.

Lo destacado no se refiere entonces a obtener una medalla o un premio, pero siempre es estimulante que la gente reconozca tu labor, por eso es que comparto algunos momentos importantes de mi quehacer profesional, en los cuales siempre he estado al lado de grandes colegas e ilustres maestros, a quienes les debo tanto. ¿Y a mis estudiantes? A ellos les debo aún más porque gracias a sus inquietudes y deseos por aprender me motivan a esforzarme cada día. ¡GRACIAS a quienes son y han sido parte de mi historia!